domingo, 23 de septiembre de 2012

Por qué la nueva generación de consolas nos podría decepcionar


róxima generación de consolas arrancará estas navidades con el nuevo dispositivo de sobremesa de Nintendo, Wii U, pero como de costumbre, Nintendo sigue su propio ritmo en lo que a ciclos de hardware se refiere, y la consola tiene más en común con las Xbox y Playstation de esta generación que con las nuevas versiones, que se esperan como muy temprano durante el próximo año. Sony y Microsoft esperan a que el mercado responda a lo nuevo del decano de los videojuegos para mostrar sus cartas y eso significa que las consolas actuales no tienen aún fecha de caducidad.
Sin embargo y aunque falte tanto tiempo para ver sistemas de auténtica nueva generación la gente está entusiasmada con lo que puede dar de sí el hardware actualizado, que promete un rendimiento, al menos en el caso de Microsot, seis veces superior al de las consolas a la venta actualmente que parece abrumador, pero que podría no ser suficiente como para “emocionarnos” como lo hizo el salto de las consolas de generación previa a las máquinas que disfrutamos en estos momentos, decepcionando a los que esperan más de “Playstation 4” o “Xbox 720”. Pero ¿cuales son los motivos?

La barrera invisible

Las consolas llevan mucho tiempo por detrás del hardware de PC debido a que las compañías deben elegir una configuración estándar para soportar el paso de los años, intentando al mismo tiempo conseguir un conjunto que obtenga rendimiento comercial a largo plazo, lo que significa en todos los casos optar por componentes que en comparación con los ordenadores personales podríamos considerar desfasado, o símplemente de gama baja. Las grandes del vídeojuego palian las limitaciones de este hardware de categoría inferior ofreciendo a los desarrolladores herramientas adaptadas que permiten sacar el máximo partido de una configuración cerrada, para optimizar los juegos dentro de las posibilidades máximas de CPU, GPU y memoria RAM. Esto ha dado un buen resultado hasta ahora, pero el elástico tiene un límite tras el cual no puede explotar más la capacidad del hardware.
Las diferencias entre generaciones se están reduciendo; mientras que el salto evolutivo hasta las consolas actuales fue evidente debido a la implementación por primera vez en sistemas domésticos de procesadores “multi-núcleo” y GPUs de alto rendimiento como NVIDIA RSX (PS3) y Xenos (Xbox 360) que suponían un avance muy evidente en cuanto a capacidad para manejar y texturizar polígonos, el cambio a chips de 4 o 6 núcleos frente a los 3 del procesador Xenon de 360 no será tan apreciable, así como la actualización de las GPUs RSX a las nuevas Radeon, que parecen las elegidas por los tres grandes fabricantes de consolas, que, sí, incluyen soporte para técnicas nuevas basadas en las últimas API (DirectX 11) pero están limitadas por llo que los PCs pueden hacer en estos momentos, y la distancia entre las plataformas salvando las resoluciones de renderizado, millones de polígonos por segundo y “FLOPS”, es relativamente pequeña.
¿Podrán PS4 y Xbox 720 con el nuevo Unreal Engine?
Vamos a observar una mejora sustancial en la calidad gráfica desde el punto de vista de la cantidad de efectos y técnicas de postprocesado que se pueden usar simultáneamente sin afectar a la tasa de fotogramas por segundo, pero no será tan evidente como el cambio generacional de los Gears of War,Heavy RainHalo o Uncharted. Sin duda juegos como Watch Dogs, tal y como Ubisoft lo mostró durante el E3 muestran un salto de calidad importante, pero quizás más que gritar “next-gen” susurra remozado con nuevas técnicas.

Planteándose el futuro de un modo distinto

Nintendo parece haber entendido cada nueva consola de un modo diferente al del resto de compañías; si Gamecube, con unas capacidades muy similares a las de Xbox y Playstation 2 no fue el éxito que la firma de Iwata esperaba, al menos en occidente, Nintendo Wii superó las expectativas de crítica y usuarios situándose al frente en la “guerra de consolas” utilizando hardware relativamente anticuado con respecto a la competencia. Wii U sigue un planteamiento similar, utilizando componentes que la pondrían por muy poco por delante de las consolas de Microsoft y Sony, quedándose relegada a un tercer puesto en cuanto a potencia cuando los nuevos sistemas de sobremesa lleguen al mercado entre 2013 y 2014.
Su estrategia es la de competir no en velocidades de reloj, capacidad de almacenamiento o cantidad de triángulos por segundo, sino con hardware innovador como su Wii U Gamepad con pantalla táctil, que sus competidores han conseguido “reinterpretar” rápidamente con el juego remoto de PS Vita o Xbox SmartGlass. La visión de Nintendo de una nueva generación pasa por mejorar la experiencia de uso a través de nuevas maneras de interactuar con la consola, y es algo en lo que lleva bastante ventaja a sus rivales.
Otro de los “visionarios” que comparte las ideas de la Nintendo de Satoru Iwata es John Carmack, co-fundador de ID Software y gurú del mundo del videojuego, creador entre otros de la saga DooM. Carmackno está entusiasmado con la nueva generación de sistemas de entretenimiento doméstico, y asegura también que la diferencia no será tan espectacular como muchos imaginan. Según sus palabras, ”Sony y Microsoft seguirán luchando con los Gigaflops y Teraflops y las GPUs, y eso no marcará la diferencia”.
Nintendo y Microsoft han luchado mano a mano por el primer puesto en ventas con sus sistemas domésticos de sobremesa, y Sony se ha quedado un poco rezagada, aunque también cuenta con una base de millones y millones de usuarios como sus competidores. Hay pastel para todas, pero con un enfoque distinto está por ver quién se llevará la mayor parte de este. Personalmente, sé que la nueva generación no será como la actual en términos de cambios, especialmente gráficos, y pese a esto estoy esperando con ganas que el hardware actualizado nos permita hacer cosas que no podemos ni imaginar en la actualidad. Y vosotros, ¿esperais cambios radicales?

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